El último Informe Económico Sectorial del mercado de las telecomunicaciones y el audiovisual de 2018, publicado por la CNMC, arroja datos muy interesantes sobre el sector de las telecomunicaciones en España. Si a este informe, con datos de 2018, sumamos las cifras ya contrastadas del primer semestre de 2019, queda claro que, al menos, en lo que a la penetración de la fibra óptica se refiere, la salud de nuestro sector en España es excepcional.
Así, en la actualidad, más de 9 millones de clientes disponen de conexión FTTH (del inglés Fiber to The Home, fibra óptica hasta el hogar), lo cual supone más del 60% del total de líneas de banda ancha. Si sumamos las líneas HFC (del inglés Hybrid Fibe Coaxial, es decir, híbrido de fibra coaxial), la cifra llega hasta más del 78% de las conexiones de banda ancha. Esto, obviamente, significa que las conexiones ADSL, que están basadas en el cobre tradicional, y por tanto son más lentas e inestables, apenas suponen poco más 20% del total, una cifra que en los próximos años seguirá bajando.
Este 78% de penetración de redes de banda ancha tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que, en 2014, hace apenas cinco años, la situación era bien diferente. En aquel momento, tan solo disponían de FTTH poco más de un millón y medio de clientes. La migración desde el cobre a la fibra óptica está siendo, por lo tanto, rápida y efectiva.
Superada la barrera de los 100 Mbps
España se sitúa como uno de los referentes europeos en este ámbito. La conexión de los hogares y las empresas españolas cada vez es más rápida gracias a la eclosión de las líneas de alta capacidad: en 2018, el 74,2 % de las líneas tenían una velocidad igual o superior a los 30 Mbps, frente al 64,8% del año anterior. Pero es que las conexiones de más de 100 Mbps suponen, en 2018, el 58,7% del total, lo que significa que más de la mitad de lo que se conoce como Unidades Inmobiliarias, hogares y empresas, disponen de una conexión superior a los 100 megas.
Según los datos de la CNMC recogidos en el citado informe, el mercado de banda ancha fija en España ha alcanzado un ratio de penetración de 31,9 líneas por cada 100 habitantes, por las 31,2 conexiones registradas hace un año. A principios de 2015, cuando empezó a acelerarse el avance de la fibra óptica hasta el hogar, el ratio era de 27,5 líneas por cada 100 habitantes.
Este crecimiento en velocidad y conexión también está acompañado de un mayor número de clientes. La banda ancha fija en España sumó casi medio millón de nuevos clientes desde junio de 2018 hasta junio de 2019, alcanzando, superando así la cota histórica de las 15 millones de líneas.
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