Artículo de José María Sunico, miembro del GT Microelectrónica y Semiconductores del COIT
La electrónica de potencia gobierna la conversión, control y distribución de energía. Un aspecto fundamental en todos los sectores: desde movilidad eléctrica hasta centros de datos o redes inteligentes. Sin embargo, en Europa, pese a nuestra fortaleza en ciencia e ingeniería, adolecemos de una fuerte dependencia de materiales y procesos del exterior y cierta ineficacia a la hora de comercializar la I+D.
El relevo del silicio
Durante décadas, el silicio (Si) fue el pilar de la microelectrónica de potencia. Hoy ha alcanzado sus límites físicos: no puede operar a tensiones, temperaturas, ni frecuencias más altas sin pérdidas significativas.
Los semiconductores de banda prohibida ancha (Wide Band Gap, WBG) representan su relevo natural [ver figura 1]. Materiales como el carburo de silicio (SiC), nitruro de galio (GaN), nitruro de aluminio (AlN) u óxido de galio (Ga₂O₃) ofrecen:
- Mayor eficiencia energética (menores pérdidas por conmutación).
- Operación a mayor voltaje y temperatura.
- Dispositivos más pequeños y ligeros.
- Frecuencias más altas, esenciales en comunicaciones y control.

Estas propiedades los hacen idóneos para una amplia gama de aplicaciones [ver figura 2]:
- SiC domina en vehículos eléctricos, energías renovables y redes eléctricas.
- GaN se impone cargadores rápidos, centros de datos, radiofrecuencia (RF) y dispositivos móviles.
- Ga₂O₃ y AlN emergen como opciones de próxima generación para alta potencia y RF avanzada.
- El diamante es una opción de futuro como sustrato activo, pero que empieza a ser utilizado como elemento “pasivo” (e.g., disipación térmica).
Retos industriales a corto plazo
Los próximos años serán críticos para modernizar la base industrial europea y aplicar estas tecnologías en cuatro sectores clave:
- Movilidad eléctrica y transporte. Los semiconductores WBG permiten sistemas de potencia más ligeros y eficientes, que aumentan la autonomía y reducen el peso de los vehículos.
- Energías renovables y redes inteligentes. Los convertidores basados en SiC y GaN mejoran la eficiencia, estabilidad y flexibilidad del sistema eléctrico.
- Centros de datos e inteligencia artificial. El consumo energético asociado a la IA podría alcanzar el 7% de la demanda mundial para 2030; los transformadores de estado sólido con SiC pueden reducir significativamente el impacto energético.
- Dispositivos móviles y RF. Las arquitecturas GaN-on-Si hacen posible amplificadores más potentes y compactos, reduciendo el tamaño y el consumo de terminales y estaciones base.
Pilares para una Europa más resiliente y soberana y (algunos) proyectos emblemáticos
Para reducir la dependencia exterior y fortalecer la cadena de valor, deberíamos apoyarnos en tres pilares:
- Innovación transversal. Acelerar el ciclo de desarrollo mediante IA, gemelos digitales y simulación avanzada, fomentar la creación de estándares comunes y proporcionar acceso a las herramientas necesarias se antoja imprescindible.
- Empaquetado e integración avanzada. La línea piloto APECS, que con participación española lidera acciones en empaquetado avanzado e integración heterogénea sería un ejemplo a destacar.

Retos en el horizonte
Pese a los avances, persisten obstáculos que limitan la competitividad:
- Falta de estandarización en procesos, empaquetado y testeo.
- Costes iniciales elevados y escasa inversión privada temprana.
- Desalineamiento entre I+D y necesidades industriales.
- Dependencia de materias primas no europeas.
- Ciclos de desarrollo demasiado largos (5+ años hasta llegar al mercado).
- Necesidad de competir en coste pero también en agilidad, igualando el ritmo de Asia.
Superar estos retos exige coordinación entre política industrial, financiación y comunidad técnica, así como una mentalidad de ejecución ágil y colaborativa.
Conclusión
La electrónica de potencia y los semiconductores WBG están en el núcleo energético de la transición verde y digital europea. Aunque en Europa disponemos de ciencia, talento e industria, es imprescindible que avancemos en agilidad, integración y escala.
Reforzar las líneas piloto, apostar por el empaquetado avanzado y acelerar la transferencia tecnológica no es una mera cuestión técnica, sino una decisión estratégica. Perdimos la carrera del silicio: no perdamos la oportunidad de estar en cabeza en ésta. Está en juego nuestra soberanía tecnológica y energética en la década que comienza.
Fuente Figura 2: Presentación de la ChipsJU L