El pasado mes de diciembre tuvo lugar el webinar impartido por Álvaro Arroyal “El mejor trabajo del mundo” en el marco del programa de actividades de la nueva edición de Ment-It, el programa de mentorización del COIT coordinado por el Grupo de Trabajo de Jóvenes del COIT. Adrián Amor, miembro del Grupo de Trabajo y encargado de moderar la ponencia, nos lo cuenta en esta breve crónica.
Álvaro Arroyal es ingeniero, consultor y formador de Hotel Digital, Transformación Digital del Hotel para la gestión, operación, mantenimiento y marketing de la Experiencia del nuevo Turista Digital.
Álvaro planteó el webinar desde un punto de vista muy interactivo, fomentando la participación del público y lanzando diferentes preguntas para conocer la opinión del mismo. En la primera parte, expuso su experiencia personal y cómo a lo largo de su carrera profesional cambió de trabajo en diversas ocasiones buscando “El mejor Trabajo Del Mundo”. Desde su trabajo de hamaquero, su experiencia de aprendizaje de inglés en Irlanda en una cadena de comida rápida pasando por una empresa propia, hasta su actual profesión.
En cierto momento se hizo las siguientes preguntas: “¿qué cosas me gustan?”, “¿qué hago bien?”, “¿qué cosas son buenas para otros?” y “¿con qué me puedo ganar la vida?”. Preguntas que le sirvieron para descartar aquello que le gustaba hacer pero con lo que no podía ganarse la vida, tareas que se le daban bien pero con las que tampoco se sentía realizado, etc. Estas preguntas se completaron y materializaron en el Ikigai: “Tu razón de ser”, donde se combinan todas las preguntas anteriores. Pero este Ikigai, cambia, fluye y, por tanto, puede ser que el trabajo ideal cambie y llegue un momento en el que no te sientas cómodo con algo que el día anterior te encantaba. Llegados a este punto, Álvaro quería complicar más la ecuación, incorporando siete trampas. Entre ellas las falsas creencias, las normas del juicio o las atribuciones externas. Estas son, en definitiva, aspectos que limitan, que condicionan las decisiones. Finalmente, Álvaro Arroyal indicó que la cuestión es evitar estos condicionantes, pararse a pensar y aprovechar las oportunidades, pero sobre todo probar, probar y probar.