Artículo de Clara González, Coordinadora del Grupo de Trabajo de Microelectrónica y Semiconductores del COIT
El instituto belga Imec, líder mundial en investigación y desarrollo de microelectrónica, avanza con su plan para construir un centro de diseño de microchips en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), en Málaga. Según su director general en España, Karel van Gils, la entidad solicitará en las próximas semanas la licencia de obras al Ayuntamiento de Málaga. Si los plazos se cumplen, la autorización podría llegar en unos seis meses, permitiendo iniciar la construcción a comienzos de 2027 y poner en marcha el complejo en 2030.
Durante la convención ITF Spain 2025, organizada por Imec en el Palacio de Ferias de Málaga, Van Gils explicó el cronograma del proyecto y destacó su importancia estratégica dentro del ecosistema europeo de semiconductores. Actualmente, la entidad se encuentra en la fase de diseño básico junto a la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT). A finales de este año se prevé lanzar la licitación para el diseño final del edificio, con una inversión total de 615 millones de euros, de los cuales unos 500 millones proceden del PERTE Chip del Gobierno central.
Gracias al dinero del PERTE Chip del Gobierno central — aproximadamente 500 millones procedentes de ese plan—, Málaga se convertirá en uno de los nodos tecnológicos más importantes de Europa.
Las obras de la “sala blanca”, núcleo del complejo, durarán unos 18 meses. En la segunda mitad de 2028 comenzará la instalación de equipos especializados, proceso que se extenderá hasta finales de 2029. Durante ese tiempo se realizará una transferencia tecnológica desde la sede central de Lovaina (Bélgica), de modo que ambos complejos trabajen de forma complementaria.
El Imec prevé crear 100 empleos directos en 2030, cifra que podría aumentar a 200 o 250 con el tiempo, además de otros 100 puestos indirectos, entre proveedores y contratistas. Ya en 2027 habrá trabajadores del Imec en Málaga desempeñando tareas técnicas y de coordinación durante la construcción.
Uno de los principales desafíos será la cimentación, debido a la necesidad de excavar profundamente en un terreno con riesgo sísmico. Para ello se instalarán 230 pilotes de dos metros de ancho y 28 de profundidad, que, alineados, sumarían más de cinco kilómetros. En paralelo, el complejo apostará por la sostenibilidad, pudiendo operar con hasta un 50% de agua regenerada, proveniente tanto de sus propios recursos como de la empresa municipal Emasa, con doble purificación. Van Gils subrayó que esta medida busca minimizar el impacto sobre los recursos hídricos locales. Además, el edificio contará con doble capa protectora para reducir la radiación solar y mejorar la eficiencia energética.
El futuro centro ocupará 46.000 metros cuadrados dentro del PTA, con una edificabilidad de 32.000 metros cuadrados destinados a laboratorios y espacios de desarrollo. Su sala blanca, de 2.000 metros cuadrados, permitirá fabricar obleas de 300 milímetros y contará con un Edificio Central de Servicios que albergará los sistemas técnicos esenciales.
El instituto planea además estrechar lazos con universidades y empresas nacionales para consolidar un ecosistema Imec en España, impulsando la innovación en microelectrónica, fotónica, computación cuántica y realidad aumentada.
¿Por qué Málaga para este flamante centro de investigación? Afirman que el Gobierno español se puso en contacto con ellos, hace aproximadamente tres años, porque España también quiere tener una posición prominente en el contexto del gran plan europeo sobre tecnología de chips. Concretamente Málaga es un ecosistema emergente donde había un deseo muy fuerte de acoger este proyecto.
Con esta inversión, Málaga refuerza su posición como referente europeo en innovación y tecnología de chips, sumándose a la nueva ola de inversiones estratégicas que están transformando el panorama científico e industrial del continente.